Capítulo 2 – La Conquista
Los orígenes de la Leyenda Negra de la conquista y colonización española en América
Parte de la historia de Latinoamérica pasa por entender el legado de la conquista a manos de los españoles. Algunos historiadores abogan por los cambios introducidos durante la colonización la Colonia, mientras otros destacan el trato injusto y los excesos a manos de los españoles. Esta problemática es representada en la película “También la lluvia” que forma parte de las asignaciones en esta clase de historia latinoamericana, En esta película se incluye un fragmento del famoso sermón de Montesino que tomó lugar en una iglesia de la isla La Española en 1511. Acusaciones similares fueron enarboladas por Fray Bartolomé de las Casas, un pionero de los derechos humanos en nuestra historia, Bartolomé de las Casas se indignó ante los desmanes de los españoles quienes maltrataban y explotaban sin conmiseración a los indígenas de América. Tanto Montesino como de las Casas denunciaban el régimen de encomienda que otorgaba a los colonizadores españoles derechos sobre las almas y cuerpos de los indígenas. Las encomiendas pronto se convirtieron en un regimen de esclavitud que ocasionó la muerte de millares de indígenas dando cabida al nacimientos de la llamada “Leyenda Negra”. En otras palabras, el proceso de colonización española se vio pronto vinculado a la imagen del conquistador cruel y explotador, personajes ambiciosos gobernaban los nuevos territorios sin contemplación ante la salud, la cultura y los sentimientos de los subyugados. Se le conoce como leyenda negra para remarcar el lado “oscuro” del proceso de colonización en América.
Leamos un fragmento del discurso de Antón Montesino:
Voz del que clama en el desierto. Todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas dellas, con muertes y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin dalles de comer ni curallos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir los matáis, por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine y conozcan a su Dios y creador, sean baptizados, oigan misa, guarden las fiestas y domingos?¿Estos, no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amallos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis, esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad, de sueño tan letárgico, dormidos? Tened por cierto, que en el estado que estáis, no os podéis más salvar, que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe en Jesucristo.
El hijo de Cristóbal Colón, Diego de Colón, gobernaba la isla de la Española y no estuvo de acuerdo con los pronunciamientos de Montesino desde el púlpito. En consecuencia Diego de colón y los oficiales reales se dirigieron al convento de los dominicos para reprender a Montesino por el haber suscitado la indignación entre los asistentes a la iglesia el día de su alocución. Fray Antón Montesino no se intimidó ante el poder y, por el contrario, se armó de valor para ofrecer un sermón semejante el domingo siguiente. El discurso escandalizó aún más a las autoridades implicadas en el maltrato a los indios y en la defensa de la encomienda como modelo de organización laboral. Los oficiales de la corona escribieron cartas al rey acusando a los frailes dominicos de insurrección.
Fray Antón Montesino fue enviado de regreso a España para explicar ante el monarca las razones detrás de su sermón y narrarle lo que ocurría en el Nuevo Mundo con los indígenas a manos de los conquistadores. Ante el rey Fernando el Catolico expuso un largo memorial de los agravios de los conquistadores contra los indios, como la manera en la que los indígenas eran quemados vivos si desobedecian a sus amos, la manera en la que eran obligados a trabajar en las minas, la crueldad que llegaba a extremos tal como cortarles la cabeza o extremidades de un tajo. Fruto de esta estancia en la península fue la promulgación de las llamadas Leyes de Burgos de 1512, primer código de legislación indiana. Fray Montesino sería enviado a Venezuela en 1529, a dirigir la misión de los dominicos y moriría allí en 1540.
Aquel sermón del fraile que había llegado originalmente a América en 1510 dio inicio al reconocimiento de la dignidad de los indios y del respeto a la diversidad cultural y religiosa en las tierras del Nuevo Mundo.
En conclusión, podemos entender que la leyenda negra denunciaba la crueldad de los españoles que los distinguía de otros conquistadores europeos. La leyenda negra los censuraba por su rol de verdugos de los millones de indígenas que se sometieron durante la conquista del territorio americano. La Leyenda Negra nos habla entonces de una España supersticiosa, cruel, atrasada culturalmente, intolerante ante las diferencias culturales. Parte de la leyenda negra siguió existiendo en las colonias españolas en el Nuevo Mundo pues se veía como algunos de estos trazos de extrema violencia y abusos eran pasados de generación en generación, de modo que algunos de los criollos nacidos en tierra americana continuaban las cruentas prácticas de los encomenderos. De tal manera que cuando se habla de la leyenda mexicana más allá de la época de la Colonización nos referimos a una cultura de corrupción, de abusos a los indígenas o a los menos poderosos en manos de quienes poseen la riqueza y la tierra. De esta manera, podemos afirmar que parte de esta leyenda pervive en los abusos de terratenientes y dictadores hasta hoy en día, como si no hubiéramos superado del todo esta herencia de crueldad colonial.
Estos estereotipos sobre la crueldad de los españoles y de sus herederos culturales sobreviven hasta hoy en día. Pensemos, por ejemplo, en las horrendas imágenes de los crímenes asociados a la narcoviolencia en Colombia y México: descabezados, cadáveres tirados en las calles, en los ríos, las torturas más violentas, son las versiones actuales de ese lado oscuro que la Leyenda Oscura resaltaba al calificar los excesos de la conquista española en América.
La Leyenda Blanca
La conquista española de América trajo una ráfaga de crímenes, violaciones, saqueos, corrupción y sufrimientos, como cualquier invasión y conquista en la Humanidad. Se argumenta que las misiones cambiaron la vida tradicional de los indios y comenzaron un exterminio que se extiende hasta hoy en día cuando presenciamos la muerte de las lenguas indígenas en América. Este fenómeno se conoce como lingüicidio. Asimismo, la conquista Española también difundió la religión cristiana en el Nuevo Mundo, una fe que se afianzó durante la Colonia por más de tres siglos. Los conquistadores europeos arribaron igualmente con un conjunto de adelantos técnicos y culturales, creencias sobre el destino de la persona y sus derechos y libertades que hoy forman un patrimonio común de las sociedades de Europa y América. Esta perspectiva de la conquista y la colonización es conocida como “La Leyenda Blanca”.
Existen muchos ejemplos de los efectos del “encuentro” entre la civilización española y las civilizaciones indígenas. Por ejemplo, los franciscanos, en sus misiones, impulsaron que los indios aprendieran a fabricar ladrillos, arados, jabón, velas, zapatos. Los pueblos indígenas siguieron utilizando sus lenguas autóctonas para la vida cotidiana. “El patrimonio lingüístico se mantuvo hasta la época de la independencia, gracias a la idea matriz que legitimaba la colonización, que no era otra que la transmisión de la verdad cristiana a la población nativa. Para un misionero nacido en Badajoz era más práctico aprender gramática náhuatl y catequizar en esa lengua que explicar la fe en latín o castellano a un millar de individuos que desconocían tan remotos idiomas.” (Javier de Navascués, “Las dos leyendas sobre la conquista de América: ¿imperiofilia o genocidio?”)
En la conquista de América, además de la evangelización, tuvieron un papel central dos elementos fundantes de la cultura europea de la época: la imprenta y las universidades. La primera llegó a México nada menos que en 1535 y a Lima en 1583. Desde las dos grandes capitales virreinales se editaron gramáticas, libros de devoción, diccionarios, tratados teológicos, poemas épicos. El arte, la música y la arquitectura Barroca colonial, grandiosa y original, y las primeras manifestaciones literarias, como las crónicas de Indias, el trabajo literario de fray Diego de Ocaña, Bernal Díaz del Castillo y Sor Juana Inés de la Cruz surgen durante la época Colonial.
Entonces la leyenda blanca se encarga de propagar la imagen de los aportes de la conquista, de la mezcla de culturas que resulta en una sociedad nueva, creativa y sincrética. Sin embargo, habría que advertir que la leyenda blanca puede justificar la mentalidad que acepta el imperialismo como la única salida de América Latina. Es decir, si creemos que lo bueno llega de afuera, que es traído por el invasor podemos caer en el extremo de aceptar la injerencia ajena como benevolencia. Una herencia de la leyenda blanca es aquella que nos lleva a afirmar que la tecnología importada es responsable por todos los adelantos en nuestros países, dejando en segundo plano los aportes y los inventos locales, en un impulso de pensar que lo mejor llega de afuera en términos de moda, gustos culinarios, armamento de guerra, etc.
Fuente: Las dos leyendas sobre la conquista de América: ¿imperiofilia o genocidio?, Javier de Navascués [Filg 87 PhD 91], catedrático de Literatura de la Universidad de Navarra, REVISTA CULTURAL Y DE CUESTIONES ACTUALES, NÚMERO 714