Capitulo 4 – Brasil
En 1494, dos años después de la llegada de Cristóbal Colón a América, las dos potencias colonizadoras del Nuevo Mundo: España y Portugal, firmaron un acuerdo de repercusiones internacionales. A este tratado se le conoce con el nombre de Tratado de Tordesillas y fue firmado entre los Reyes Católicos de España y Juan II de Portugal. Este acuerdo imperial marcaba una línea cartográfica desde el polo norte hasta el polo sur del globo terráqueo que pasaba a unas 1700 millas al oeste (west) de las Islas del Cabo Verde (territorio portugués). Esta línea demarcaba el alcance del Imperio Portugués a quien le correspondía el externo nororiental de América del Sur. El territorio que quedaba al oeste de la demarcación correspondía de acuerdo al Tratado al Imperio Español. (ver mapa).
En 1500, el explorador portugués Pedro Alvares Cabral llegaría a las costas atlánticas de lo que hoy conocemos como Brasil. Esta y otras expediciones colonizadoras eran apoyadas por el rey de Portugal en ese momento, el Rey Manoel I. En un primer momento de la explotación colonizadora, los principales productos exportados de América a Portugal pertenecían al género de la agricultura. Entre ellos destacaba, por ejemplo, el palo brasil (pau brasil)que se empleaba para teñir las telas por su intenso color rojo. Fue esta madera la que le daría el nombre al territorio colonizado por los portugueses: Brasil. Era tan lucrativo el negocio con el palo brasil que los franceses se instalaron en el norte de la costa atlántica, al este de Venezuela y al norte de Brasil, naciendo así el enclave colonial que se bautizaría más tarde como Guyana Francesa.
La industria que creció alrededor de la explotación del Palo brasil, permitió financiar las expediciones tierra adentro, como la comandada por Martín Alfonso de Sousa en 1930. Los grupos de soldados caminaban en búsquedas de nuevas riquezas, como oro y piedras preciosas. Así crearon la primera población portuguesa en el nuevo mundo: San Vicente (São Vicente), fundada en 1532. El régimen colonial crearía más tarde un total de 15 capitanías, que eran subdivisiones del terreno y administradas desde Portugal por un noble de la corte del rey de Portugal. A este modelo administrativo de la colonia se le conoce como régimen de capitanías. Estos administradores de las capitanías recibieron el nombre de donatários. Sin embargo, muchos de los colonizadores originales y los que llegaron después sufrieron mucho por las condiciones del trópico y sucumbieron a enfermedades. Otros, al ver que no encontraban los ansiados tesoros se abandonaron a una vida de ocio y otros placeres, abandonando sus deberes colonizadores y administrativos.
En 1549 se funda la ciudad de Salvador, que funcionó como la capital de la capitanía de Bahía y como sede del primer gobernador del Brasil colonial, Tomé de Sousa. Este gobernador nombrado por el rey de Portugal, llegó a Brasil acompañado por curas de la orden jesuíta quienes se distinguieron por sus trabajos de historia y literatura. Igualmente, los nuevos pobladores trajeron ganados que transformaron la economía de Brasil que hasta entonces era totalmente agrícola. La ciudad de Salvador fue la capital de todo Brasil hasta 1763. Rio de Janeiro, que se convertiría luego en capital del país fue fundada en 1565 luego de la expulsión de los colones franceses que se había asentado allí. Rio de Janeiro se convirtió en la capital en 1763, desplazando a Salvador como centro de la administración colonial.
Los amerindios que habitaban las tierras colonizadas por los portugueses no tenían el nivel cultural y político que caracterizaba a los imperios mesoamericanos o incaicos. Estos amerindios en Brasil fueron explotados y esclavizados por los portugueses lo cual se tradujo en una disminución alarmante de los indígenas. La llegada del cultivo de la caña de azúcar en los ingenios azucareros demandó la importación de la mano de obra que se traía desde África. La industria del Azúcar fue la más importante en los primeros tiempos de la colonia brasileña, pero luego fue decayendo y pasó a ser sustituida por la industria minera. Con el descubrimiento de oro en Minas Gerais, Mato Grosso y Goiás, la explotación minera despuntó en el siglo XVII en Brasil. En el siglo XVIII, la industria minera tomaría más fuerza con el descubrimiento de diamantes. Empujados por la fiebre del otro, muchos aventureros viajaron a Brasil en busca de fortuna. Como había ocurrido con los ingenios azucareros, la industria minera demandó mano de obra obtenida con la explotación de más esclavos africanos. Entre las ciudades más importantes de este período está Vila Rica que más tarde se bautizó como Ouro Prêto. En español, “Pueblo Rico” y “Oro Negro”, estos nombres indican el protagonismo de la industria extractiva en la Colonia. Durante el siglo XVIII Brasil era el mayor productor de oro en el mundo y fue igualmente el mayor productor de diamantes hasta que Sudáfrica lo desplazara en este rubro.
En Brasil se produjo un fenómeno de criollización común en las colonias americanas. Sin embargo, el nombre que recibían los hijos de portugueses nacidos en Brasil era el de mozambos. Tanto los portugueses blancos, como los mozambos, mostraban una actitud muy racista en su desprecio a los esclavos negros, a los mulatos y mestizos que constituían la mayoría de la población. Siguiendo el modelo de otras colonias, la sociedad en Brasil representaba un sistema jerárquico y piramidal, donde los blancos portugueses ocupaban la parte superior de la pirámide, seguidos por los mozambos, los mestizos, y así sucesivamente. De manera semejante a lo vivido en las colonias españolas, los mozambos resintieron sus limitaciones políticas y en 1789 se dio en Brasil un intento revolucionario liderado por los mozambos de Minas Gerais. En esta primera intentona no tuvieron éxito.
Brasil era gobernado desde Portugal, con resultados desiguales, pero en el siglo XIX el rey portugués Joao VI/Juan VI se fue a vivir a Brasil con toda su corte pues Portugal había sido invadido por las tropas napoleónicas. Bajo el reinado de Juan VI (1816-1821) se fundaron escuelas, universidades. Sin embargo, seguían dándose rebeliones de los mozambos que aún no tenían derechos a ocupar cargos públicos o de gobierno. En 1817, por ejemplo, se dio un levantamiento en Pernambuco que fue derrotado por las fuerzas coloniales. Hay que acotar, que aunque el periodo de Juan VI trajo adelantos educativos en el Brasil, también se caracterizó por la fuerte represión en contra de las rebeliones lideradas por los mozambos. Las presiones crecían cada día más pues los brasileños querían que se escribiera y aprobara un Constitución que ampliara los derechos a todos los sectores de la población. Ante un clima cada vez más tenso, el rey Juan VI abandona Brasil en 1821 para regresar a Portugal, nombrando a su hijo Pedro como Regente del Reino del Brasil. Cuando el rey Juan VI partió de Brasil, culminaba de manera simbólica el periodo colonial en Brasil.