Capítulo 5 – Las Guerras de Independencia en Latinoamérica
Antecedentes revolucionarios
Antes de las guerras independentistas del siglo XIX, se dieron en Latinoamérica varias rebeliones en contra del poder español que dominaba a las colonias americanas. Una de ellas tuvo lugar en Perú, donde Túpac Amaru II (descendiente de los incas) se sublevó frente a la corona española. Su nombre verdadero era José Gabriel Condorcanqui, pero él quiso honrar al Inca Túpac Amaru I, quien se había opuesto a los conquistadores.
La meta fundamental de la rebelión liderada por Túpac Amaru II en 1780 era crear una nación donde los habitantes mestizos, indígenas y criollos convivieran en armonía, sin ser los subalternos de España. Otros de los objetivos de esta revolución eran:
- La abolición de la esclavitud y del régimen de trabajos forzados que se imponía a los indígenas en las minas y plantaciones.
- La eliminación de impuestos, alcabalas, aduanas, diezmos y otros pagos obligatorios que empobrecían a las colonias para enriquecer a la monarquía española.
- La restitución de las tierras a sus propietarios originales, los indígenas.
- Un régimen de protección de los más pobres, quienes habían sido despojados de bienes y derechos.
- La restitución de los derechos de la mujer y de su autoridad dentro de las sociedades locales.
- La integración de las regiones coloniales para luchar en contra de los colonizadores españoles.
Túpac Amaru II organizó unas fuerzas de 60 mil personas que marcharon a Cuzco en plan de lucha. La rebelión fue sofocada por las fuerzas coloniales y en 1781 Túpac Amaru II fue apresado y asesinado de manera cruel. El legado de esta rebelión indígena llega hasta nuestros días con movimientos guerrilleros como el de los Tupamaros en Uruguay (Tupamaro | guerrilla organization, Uruguay | Britannica ). Francisco de Miranda fue otro precursor de la independencia, quien participó en la Revolución Francesa y colaboró en la guerra de independencia de los Estados Unidos. Influyó con sus ideas libertadoras en futuros líderes como Simón Bolívar, San Martín y O’Higgins. Francisco de Miranda, quien terminó sus días en un calabozo en Cádiz (España), proponía la restauración del imperio incaico en una Hispanoamérica libre e independiente.
Causas Externas de las Revoluciones Independentistas en Hispanoamérica
- El debilitamiento de la Monarquía Española y de su estatura imperial. Para finales del siglo XVIII, la corona española ya no tenía la fuerza que la había convertido en una de las mayores potencias colonizadoras en el siglo XVI y XVII. Una potencia que había expulsado a los moros del territorio ibérica en el siglo XV, que se había enriquecido inmensamente con los bienes extraídos de sus colonias americanas, se veía debilitada frente al ascenso de otros imperios europeos como el inglés, el francés y el holandés.
- Las ideas liberales de la Ilustración que hicieron posible la Revolución Francesa, por ejemplo, se exportaban de Europa a América, creando un clima de discusión intelectual y política a favor de los movimientos revolucionarios y anticoloniales. Las ideas de filósofos como Descartes, Diderot, Voltaire, Montesquieu y Rousseau se infiltraron en los grupos criollos cansados de una posición de subalternidad dentro de las colonias.
- La independencia de los Estados Unidos fue otro detonante importante en las ideas de libertad que se discutían cada vez como proyecto futuro para la región dominada por los españoles. La declaración de la independencia estadounidense en 1776 se conoció por todo el territorio al sur del Río Bravo. Más adelante, el triunfo de la Revolución Frances (1789) y su Declaración de los Derechos del Hombre, encendieron aún más los deseos de emancipación en las clases criollas.
- La invasión napoleónica de Península Ibérica en 1807, hizo que los reyes portugueses abandonaran Europa para instalarse en Brasil, mientras que Napoleón Bonaparte obligaba al rey español Carlos IV y a su hijo, Fernando VII, a renunciar a la corona. En su lugar, Napoleón nombró a su hermano José Bonaparte como el nuevo rey de España. Como reacción ante esta imposición, españoles descontentos e hispanoamericanos se reunieron en Cádiz para promulgar en 1812 la primera Constitución de España, que establecía un régimen de monarquía constitucional para la península española y todos sus territorios.
Causas internas de las luchas independentistas
- Los viajes de científicos, cartógrafos, botánicos a las colonias españolas de América sirvieron no sólo para documentar las riquezas del territorio, sino para denunciar las condiciones desfavorables en las que vivían los nativos. En sus expediciones quienes cargaban el equipaje, quienes viajaban millas a pie sin calzado, quienes hacían todo el trabajo extenuante eran los indígenas. Los científicos discutían estas injusticias con sus anfitriones, los criollos que querían escuchar de sus teorías y conocimientos científicos se encontraron de pronto que estos eruditos eran sus aliados en la búsqueda de formas alternativas de gobierno y con modelos más justos de organización social.
- Las sociedades de “Amigos de la Patria” y otros grupos ilustrados donde se fermentaban ideas independentistas. Estas sociedades que parecían centrarse en discusiones literarias o científicas constituían las células protorevolucionarias donde se presentaban las ideas de personas como Francisco de Miranda o Simón Rodríguez, por ejemplo.
- La expulsión de los Jesuitas de Hispanoamérica en 1767, a quienes se les acusaba de sus ideas liberales y su educación ‘revolucionaria’, trajo el efecto contrario al esperado. Los jesuitas, liberados de la censura local, se dedicaron a publicar sus ideas en Europa desde donde se expandieron como pólvora entre los círculos de amigos de la patria y otras sociedades semejantes. El jesuita peruano Juan Pablo Viscardo y Guzmán (1746-98) fue el autor de la Carta a los españoles americanos por uno de sus compatriotas. En esta obra, Viscardo y Guzmán presentaba argumentos políticos y económicos a favor de una América independiente del yugo español. Como hombre religioso, él reconoce los derechos que da Dios a todos los hombres, sin importar su clase social o color de piel.