7 La Recuperación de la Memoria Histórica
La Recuperación de la Memoria Histórica
El “Pacto del Silencio”
Es común que después de que un gobierno represivo llegue a su final haya procesos legales para castigar a quienes cometieron crímenes bajo el amparo de ese gobierno. Los más famosos fueron los Tribunales de Núremberg donde condenaron y castigaron a los Nazis acusados de crímenes contra la humanidad por el Holocausto. Otros países también castigaron a quienes torturaron y/o mataron a quienes consideraban sus enemigos durante una dictadura. También en Argentina se celebraron juicios para condenar las violaciones de los derechos humanos y el genocidio de la dictadura que duró de 1976 a 1983 llamada el Proceso de Reorganización Nacional. Otro ejemplo de tribunales contra el terrorismo del estado son los que se llevaron a cabo contra los torturadores y asesinos de la dictadura de Augusto Pinochet en Chile (1973-1990). La Comisión de Verdad y Reconciliación preparó los informes que se usaron para procesar a los culpables de las violaciones de los derechos humanos, pero no se hicieron los juicios.
Lo más lógico hubiera sido que se celebraran procesos similares en España después de la muerte de Franco para castigar a quienes en nombre del franquismo habían matado y/o torturado a quienes consideraban sus enemigos. Pero en España no han conseguido castigar a nadie por terrorismo del estado o crímenes contra la humanidad. ¿Por qué? Como ya vimos en una clase anterior, durante la Transición algunos grupos de política liberal pidieron la amnistía para que quienes habían vivido fuera de España en un exilio político pudieran regresar a España sin miedo a represalias, y que los presos políticos que todavía estaban en cárceles españolas pudieran salir. Hasta ese momento había sido ilegal ser comunista en España. Ahora ningún partido político sería ilegal.
La Ley de Amnistía se aprobó el 15 de octubre, 1977. Aquí pueden leer los primeros dos artículos.
- Artículo primero.
I. Quedan amnistiados:
- a) Todos los actos de intencionalidad política, cualquiera que fuese su resultado, tipificados como delitos y faltas realizados con anterioridad al día quince de diciembre de mil novecientos setenta y seis.
- b) Todos los actos de la misma naturaleza realizados entre el quince de diciembre de mil novecientos setenta y seis y el quince de junio de mil novecientos setenta y siete, cuando en la intencionalidad política se aprecie además un móvil de restablecimiento de las libertades públicas o de reivindicación de autonomías de los pueblos de España.
- c) Todos los actos de idéntica naturaleza e intencionalidad a los contemplados en el párrafo anterior realizados hasta el seis de octubre de mil novecientos setenta y siete, siempre que no hayan supuesto violencia grave contra la vida o la integridad de las personas.
II. A. los meros efectos de subsunción en cada uno de los párrafos del apartado anterior, se entenderá por momento de realización del acto aquel en que se inició la actividad criminal.
La amnistía también comprenderá los delitos y faltas conexos con los del apartado anterior.
- Artículo segundo.
En todo caso están comprendidos en la amnistía:
- a) Los delitos de rebelión y sedición, así como los delitos y faltas cometidos con ocasión o motivo de ellos, tipificados en el Código de justicia Militar.
- b) La objeción de conciencia a la prestación del servido militar, por motivos éticos o religiosos.
- c) Los delitos de denegación de auxilio a la Justicia por la negativa a revelar hechos de naturaleza política, conocidos en el ejercicio profesional.
- d) Los actos de expresión de opinión, realizados a través de prensa, imprenta o cualquier otro medio de comunicación.
- e) Los delitos y faltas que pudieran haber cometido las autoridades, funcionarios y agentes del orden público, con motivo u ocasión de la investigación y persecución de los actos incluidos en esta Ley.
- f) Los delitos cometidos por los funcionarios y agentes del orden público contra el ejercicio de los derechos de las personas.
https://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_Amnist%C3%ADa_en_Espa%C3%B1a_de_1977
Con el tiempo hubo grandes protestas porque esta ley perdonó a todos, no sólo a los exiliados políticos y presos políticos del franquismo, sino también a asesinos y torturadores culpables del terrorismo de estado durante el franquismo.
Hay motivos que se usan para justificar que la ley perdonara a todos. Se dijo que lo mejor que podían hacer para que España pudiera tener una Transición tranquila y pacífica era que todos se olvidaran de lo que había pasado durante el franquismo y que se mirara solo hacia el futuro. A este “olvido” en nombre de un futuro mejor se le ha llamado el “Pacto del Silencio.”
El franquismo era un gobierno totalitario – el gobierno controla todos los aspectos de las vidas de sus ciudadanos. Una norma de los gobiernos represivos es que no admiten las diferencias. Quieren que todo el mundo sea y piense de la misma forma. Para imponer estas medidas con frecuencia usaron la violencia sancionada por el estado franquista. A algunos políticos y empresarios de la Transición también les convenía el silencio y esta amnistía general porque no querían saber, o que se supiera, que sus padres o abuelos habían matado y/o torturado en nombre del franquismo para mantener este estado totalitario.
Por otro lado, muchas familias que habían sido víctimas del franquismo estaban tan acostumbradas a vivir en el silencio, en no hablar de las persecuciones que habían sufrido, que tampoco hablaban de lo que había ocurrido en el pasado.
Pero ¿es posible olvidar? ¿Es posible recuperarse de un trauma simplemente por medio del silencio? Claro que no.
La Recuperación de la Memoria Histórica
Uno de los elementos más crueles de regímenes represivos es que privan a las familias de información sobre sus seres queridos. Hacen que la gente simplemente desaparezca sin que sus seres queridos sepan qué les ha pasado, o si lo saben, siguen humillando a las familias al no permitir que se les dé un entierro digno a sus muertos.
Otra víctima del Pacto del Silencio es la Historia. Algunos historiadores buenos del posfranquismo siempre analizaron y escribieron la Historia de los años de la dictadura, pero no eran la mayoría. Existe una frase común, la Historia la escriben los vencedores, y la Historia del franquismo era una Historia adaptada para justificar y glorificar las acciones de los ultra-conservadores que gobernaron durante el franquismo. Aún hoy en muchas escuelas españolas no enseñan en detalle y de forma neutra la historia española del siglo XX.
Al llegar a mediados de los 1990s, por fin se hace común, incluso popular, contar historias sobre la Segunda República, la Guerra Civil, y los horrores del franquismo. Hay varios motivos, principal entre ellos es que la democracia ya está tan consolidada que la gente ya no teme que haya otra guerra civil. En España todavía hay miles de personas mayores que antes de morir, quieren saber qué les pasó a sus seres queridos y quieren darles un entierro digno. También hay gente que siente una necesidad muy fuerte de saber la historia de su familia y de su país. La gente que vivió y sufrió la guerra y los primeros años más difíciles de la posguerra ya eran muy mayores, y algunos sentían, y todavía sienten, una necesidad apremiante de recoger sus testimonios antes de que fallezcan y de que sus historias que mueran con ellos. La escritora Dulce Chacón explica:
Nosotros, la gente que estamos en los cuarenta o los cincuenta años de edad, somos los hijos del silencio de nuestros padres’, afirma. ‘Pero es hora de romper este silencio en beneficio de nuestros hijos. Tenemos que rescatar la historia silenciada, es una responsabilidad de nuestra generación … es verdad que la derecha es la que más se ha resistido a romper el silencio sobre las tropelías de la guerra civil y el franquismo. Sigue usando el argumento de que los rojos también cometieron muchos; pero los crímenes de los rojos ya han sido muy contados, ya se encargó de ello el franquismo durante cuatro décadas. Ahora me parece más útil e interesante contar los sufrimientos de los vencidos.
https://elpais.com/diario/2002/11/02/babelia/1036197558_850215.html
La importancia de la ficción
A partir de finales de los 1990s, las películas sobre la Segunda República y la Guerra Civil se hicieron muy populares. Esto se debe en parte al mercado internacional. En el extranjero las películas que retrataban estas épocas triunfaban por su aura de seriedad. En 1994, una película que idealiza los primeros momentos de la Segunda República, Belle Epoque, gana un Óscar. Pero la mayoría de las ficciones que se enmarcan bajo la rúbrica de la recuperación de la memoria histórica, no son tan agradables como Belle Epoque, sino que se concentran en contar las historias de las víctimas cuyas historias habían sido silenciadas por el franquismo. En este sentido, las obras ficcionales con frecuencia captan mejor el clima doloroso de la época que los libros de historia. Quienes escriben ficción, tienen la libertad de imaginarse y describir los pensamientos, sensaciones y emociones de personajes. Ningún buen historiador haría esto. También, más gente consume ficción que libros de historia. Precisamente una de las atracciones de las obras de ficción es que estimulan nuestros sentimientos y crean empatía hacia los personajes.