17 Sin dejar huella dir. María Novaro, 2000

Caution   Contains spoilers. Watch the movie first, and the quiz will be due on Monday, instead of Wednesday.

 

              Sin dejar huella de María Novaro: ¿Feminismo o memoria incómoda del proceso colonial?

La película de la directora mexicana Sin dejar huella, es un buen ejemplo de 2 tipos de cine que vamos a estudiar en más profundidad en este capítulo.

1. El impacto de las políticas del cine transnacional.

2. El road movie (suele usarse el término en inglés, aunque en español también se ve “película de carretera) y el buddy movie.

La película Sin dejar huella, dirigida por la mexicana María Novaro en el año 2000, comienza con un cruce de fronteras. Una mujer de aspecto europeo, protagonizada por la actriz española Aitana Sánchez Gijón, vestida con ropa elegante de diseño y zapatos de tacón, se abre paso por el desierto de Arizona hasta cruzar la frontera por medio de una ruptura en la valla que separa a los Estados Unidos de México. A diferencia de la mayoría de relatos sobre esta frontera, el cruce se hace en dirección inversa, con la búsqueda de oportunidades económicas centrándose en México y no el vecino del norte. Hoy día se habla mucho del proceso migratorio. El discurso se centra de forma casi exclusiva en los mexicanos y centro-americanos que llegan a la frontera con Estados Unidos escapando la pobreza y la violencia. Sin embargo, Sin dejar huella se enfoca en otros cruces — los que llegan a México en busca de oportunidades en sus negocios en un proceso que repite algunos de los mecanismos de la colonización. El término que usaremos es el neo-colonialismo.

Una de las protagonistas de esta película se enfrenta al neo-colonialsimo, mientras que la otra lo perpetúa.

Los feminicidios

Al trabajar en las maquiladoras de Ciudad Juarez, Aurelia es víctima del neo-colonialismo. Las maquiladoras son fábricas que los países más ricos construyen en países más pobres donde pueden pagarles menos a la mano de obra. Hay muchas maquiladoras en lugares como Cuidad Juárez que quedan justo en la frontera entre Estados Unidos y México. Aquí los materiales necesarios para construir algo llegan a la maquiladora. Los empleados mexicanos no hacen nada de principio a fin, simplemente lo ensamblan y procesan. Luego exportan la mercancía terminada. Como los materiales vienen de otro país y los trabajadores en Méxicos sólo contribuyen la mano de obra, a sueldos muy bajos, la compañía casi no paga impuestos de importación porque sólo pagan impuestos sobre la mano de obra. También es más conveniente situar las maquiladoras cerca de la frontera porque tienen que transportar los productos por menos distancia para llegar a los mercados en los Estados Unidos. Los sueldos son tan bajos que por mucho que trabajen, los obreros siempre van a ser pobres. Y las compañías pagan tan poco en mano de obra e impuestos, que cada vez se hacen más ricos.

En los últimos 30 años, aparte de pagar sueldos de miseria, los trabajos en las maquiladoras se han vuelto cada vez más peligrosos para las mujeres. A partir de 1993, se han disparado los números de feminicidios en zonas de maquiladoras como Ciudad Juarez. El feminicidio se llama así, y no simplemente asesinato, porque matan a la víctima principalmente por ser mujer (o a veces niña). Es el producto de una sociedad machista. En los feminicidios la mayoría de las veces la víctima también sufre agresiones sexuales. Se piensa que muchos de los asesinos son hombres que piensan que el único lugar apropiado para una mujer es la casa.

“Hablar de feminicidio es hablar de delitos de odio, es hablar de la violencia que han tenido en específico las mujeres con respecto a los hombres”, señala Lizbeth Padilla Sanabria, doctora en Derecho.

Por su parte, la antropóloga mexicana Marcela Lagarde, pionera en la aplicación del concepto, refiere en su artículo “¿A qué llamamos feminicidio?” que se trata de una ínfima parte visible de la violencia contra niñas y mujeres, y destaca que su común denominador es el género.

Niñas y mujeres son violentadas con crueldad por el sólo hecho de ser mujeres y sólo en algunos casos son asesinadas como culminación de dicha violencia pública o privada”. Marcela Lagarde, Antropóloga.https://www.unotv.com/noticias/portal/nacional/detalle/las-cifras-de-la-violencia-feminicida-en-mexico-873764/

En ˆSin dejar huella, Aurelia decide que necesita escaparse de Ciuadad Juarez cuando tiene que regresar a su trabajo en la maquiladora después de tener un bebé. Su plan toma forma después de ver un reportaje en la televisión sobre un feminicidio cerca de donde ella vive. Mire la escena en el siguiente clip.

Aurelia smaller  Click to see film clip

Los extranjeros que se hacen ricos en México

La otra protagonista es la española Marilú/Ana. Nunca sabemos su nombre real. Aunque ella sólo es una persona que trabaja individualmente, y no una corporación grande, ella también se beneficia de la mano de obra barata en México para ganar dinero. Ella trafica con artifactos falsos, con lo cual se beneficia no sólo de la mano de obra mexicana, sino su tradición cultural. Analizaremos los planes de negocios de Marilú/Ana con más detalle en lo que sigue. Si Aurelia tiene que escapar de Ciudad Juárez por el peligro que suponen los feminicidios y su novio narco, Ana tiene que escapar de los policias que la persiguen para frenar su negocio de antigúedades falsas.

Road Movie/Buddy Movie

A partir de las escenas iniciales en que las 2 protagonistas tienen que escapar, casi todas las escenas se centran en las interacciones entre las dos mujeres que cruzan México desde la frontera norte con Estados Unidos, hasta el Yucatán. Ambas esperan encontrar el bienestar en Cancún.

Por este motivo, todos los críticos clasifican a Sin dejar huella como road movie, película de carretera.

Road Movie — Tanto la literatura como la industria del cine siempre han ofrecido historias sobre el movimiento de personas de un lugar a otro, y de cómo la gente se comporta durante los desplazamientos del viaje.  La literatura épica ofrece muchos ejemplos de personajes que se mueven continuamente de un lugar a otro. En el cine, las películas del oeste, los westerns, con frecuencia narran las aventuras de un grupo de gente que viaja de un lugar a otro.

En los años 1970s, nace el género del road movie, con la novedad de que ahora este viaje se lleva a cabo de forma motorizada. El primer gran éxito de este género es Easy Rider (dir. Dennis Hopper, 1969) sobre 2 hombres que atraviesan el suroeste de Estados Unidos en moto a finales de los 1960s.

Easy Rider ofrece el modelo que luego seguirán muchas películas. El viaje es en parte simbólico. Se exploran las tensiones social por medio del viaje de los individuos. Como señala Burkhard Pohl, “la narración del viaje suele introducir una temática de desarraigo cultural y social generalizado, lo que hace de la road movie la expresión de un malestar respecto a la sociedad capitalista de consumo… Un motivo recurrente en la mayoría de los filmes es la desintegración de la familia y de la comunidad” (58).

Por ejemplo, Easy Rider explora los conflictos entre la sociedad americana tradicional y la nueva cultura contracultural de los hippies y del consumo de drogas. La cultura tradicional americana de los 50s y 60s exigía la conformidad. La cultura de los hippies preciaba la libertad individual. La seriedad de estos conflictos se refleja al final de la película. Los protagonistas viajan de Los Ángeles a Nuevo Orleáns con el dinero que han ganado con la venta de un cargamento de cocaína. Durante el viaje se explora la cultura de esa región del país, no de forma paisajística, sino con en enfoque en los conflictos entre los diferentes grupos de gente. Después de salir de Nuevo Orleáns, donde celebran Mardi Gras, 2 hombres representantes de la cultura más conservadora del sur, les pasan en la carretera en su pickup. Los matan, simplemente porque se ven diferentes y representan una cultura mucho más liberal.

En toda la película vemos que los protagonistas llevan banderas americanas – símbolo de que lo que se busca es una nueva definción de qué significa ser americano.

Cuestiones de género

Por mucho tiempo el género del road movie representaba los viajes de hombres. Socialmente, los hombres tienen más libertad de movimiento que las mujeres. Esto cambió en 1991 con Thelma and Louise (dir. Ridley Scott).  Más que un paisaje físico, Thelma and Louise explora qué significa ser mujer, especialemente por medio del personaje Thelma que hasta que decide hacer un viaje con su amiga más liberada, Louise, está atrapada en un matrimonio que le priva de la libertad personal.

Como en Easy Rider, en Thelma and Louise al final tampoco hay espacio para la libertad de las mujeres.

Crédito extra si ven y comentan Thelma and Louise

Curiosamente, los millones de fans de estas películas las recuerdan con alegría, a pesar de sus finales trágicos. ¿Por qué? Hay momentos en tanto Easy Rider como Thelma and Louise que muestran la gran felicidad, incluso podríamos usar la palabra euforia, que sienten los personajes, y con ellos la audiencia, durante escenas de pura libertad.

 

Buddy Movie — En este tipo de cine se generan escenas cómicas por el contraste entre dos personajes que desarrollan una amistad a pesar de sus personalidades y circumstancias que crean conflictos representativos de las tensiones de su sociedad. La mayoría de los buddy movies no tiene lugar durante un viaje. En el Hollywood de los 1990s se hicieron varios biracial buddy movies que exploraban las relaciones entre las razas. Muchas presentaban los contrastes de forma cómica. Un ejemplo es White Men Can’t Jump (dir. Ron Shelton, 1992) con Wesley Snipes y Woody Harrelson – donde también añaden una novia puertoriqueña.

 

Normalmente un road movie, tiene muchas escenas que tienen lugar dentro de un coche. La proximidad física durante largos periodos de tiempo hace que los personajes lleguen a conocerse el uno al otro (y a sí mismas) durante el viaje. Hay bastantes películas que además de ser road movies también son buddy movies.

Sin dejar huella como road movie y buddy movie.

 

Ambos esquemas podrían aplicarse directamente a Sin dejar huella que ofrece una exploración de gran parte del territorio mexicano visto por Aurelia que lo descubre por primera vez, y también por la diferencia entre el personaje norteño y de clase obrera que encarna Aurelia, y la sofisticación y acento extranjero de una Ana, que por mucho que insista en que es mexicana, obviamente es española.

Sin dejar huella como Road movie y Buddy Movie.

De forma unánime, los críticos académicos comentan el uso muy acertado de la música en el filme. Las canciones reflejan la región de México por la que viajan Aurelia y Ana, comenzando con los narcocorridos de la frontera que se escuchan cuando Aurelia todavía está en Ciudad Juarez. Como en muchos road movies, la música que se escucha refleja lo que se oye en la radio en cada lugar por donde pasan las protagonistas. Por medio de los cambios en el estilo de música, vemos/escuchamos la gran variedad de culturas regionales que existen en México. La música que marca el progreso del viaje incluye los géneros que son “muestra de la riqueza natural de México, norteño, rumbero, costeño, rupestre, y cumbiachero. En ella, hay un dueto de Ana Gabriel y Juan Gabriel, “Amor aventurero”, además de otros temas de: Carlos y José, Exterminador, Los Tigres del Norte, Bronco, Chuchumbé, La Iguana, Jaime López, La guanabana, Son de madera. Disco azúcar, Juan Formell y Van-Van.” https://es.wikipedia.org/wiki/Sin_dejar_huella

En su artículo “Rutas transnacionales: la road movie en el cine español,” Burkhard Pohl señala que:

“En este contexto de fragmentación y globalización, la road movie se ofrece como un modo de afrontar las cuestiones del momento, motivo, quizá, por el que se ha establecido como un modo narrativo de cierta importancia en el cine español de los últimos diez años. Vale, por ello, la pena considerar cómo el género de la road movie puede contribuir a la representación o transgresión de un paisaje nacional determinado.

Además, la conquista de la carretera es síntoma de la crisis del modelo de familia tradicional y la consiguiente redefinición de la masculinidad, que ya se habían expresado en las road stories y road movies americanas de los años cincuenta en adelante, y que es una constante en el cine español de los años noventa ” (58).

Aunque Pohl no incluye Sin dejar huella en su estudio, estas observaciones encajan con la película de María Novaro.

Los críticos también coinciden al elogiar el punto de vista feminista del film. Novaro reprocha a los críticos por comparar de forma insistente su film con Thelma and Louise, como si sólo puediera existir un modelo de película de carretera con personajes femeninos en que las mujeres acaban por despeñarse. Novaro critca a Thelma and Louise porque en ésta se castiga la transgresión de las mujeres, mientras que en su film, se celebra.  Pero no olvidemos que en el filme icónico del género del road movie, Easy Rider, los protagonistas masculinos también acaban muertos, asesinados de forma vil por quienes no toleran sus transgresiones. Por lo menos en Thelma y Louise las mujeres participan en el momento de determinar su destino.

En parte el análisis del punto de vista feminista se basa en que en la película de Novaro dos mujeres se unen para evadir a sus perseguidores masculinos para luego desaparecer, como señala el título Sin dejar huella, libres para elegir su propio destino.  La película comparte con varios filmes de corte feminista un fin supuestamente feliz en que las dos mujeres subvierten las normas sociales para crear un nuevo modelo de familia. Al final, Aurelia y Ana, ambas rechazadas por sus familias tradicionales, disfrutan juntas de una playa solitaria y juntas cuidan de los dos hijos de Aurelia, sin necesidad de una presencia masculina. Se reinventa el patrón de la familia nuclear.

Sin dejar huella también puede considerarse un buddy movie. Por pura casualidad, dos mujeres, completamente distintas, acaban viajando juntas. Juntas se enfrentan a grandes problemas y consiguen vencer a los hombres que las persiguen. El constraste entre las 2 contribuye los elementos cómicos de la película.

El Neo-colonialismo

Yo misma compartía esta visión celebratoria y feminista de la película cuando la vi por primera vez. Sin embargo, al pasar una década de su estreno, se me hace inevitable la necesidad de una lectura mucho más compleja dada las realidades que sufre América Latina por los procesos de la globalización. Últimamente abundan los estudios del impacto en el cine latinoamericano de los tratados internacionales, especialmente con España y unidades como Ibermedia. Inspirada por trabajos como el de Paul Julian Smith, “Transatlantic Traffic in Recent Mexican Films,” que ignoran la película de Novaro, quisiera replantear el análisis de Sin dejar huella que también ofrece una muestra del nuevo patrón de co-producción transnacional. Éstos siguen el modelo de los tratados de acuerdo entre España y México que constituyen una familia fiscal dentro de los modelos de globalización del cine. Dicho de forma más directa, la relación personal que surge entre Aurelia y Ana refleja la situación subalterna de México ante España, tanto en las industrias del cine, como del turismo. Según la directora, que también compuso el guión, el papel de Ana estaba pensado para una gringa, pero al aceptar la financiación de Ibermedia y Televisión Española el personaje también se convierte en española.

Dentro de la trama del film, este giro es simbólico de las modificaciones a partir de los años 90 en cuanto a la orientación hacia el exterior de México, que enfatiza menos la relación con Estados Unidos y se establecen más lazos con España. En los estudios culturales latinoamericanos se explora mucho el impacto de NAFTA, pero no olvidemos el Tratado de Libre Comercio entre México y La Unión Europea. España llegará a consolidar su papel como importante inversor en México y para mediados de la década la inversión directa superará los 5.000 millones de dólares.

Sin dejar huella se rueda cuando se empieza a sentir este impacto y no es la única película mexicana que utiliza una actriz española, no sólo porque fue impuesta por la productora, sino también como comentario sobre el nuevo orden global. Los dos ejemplos más estudiados serían Y tu mamá también con Maribel Verdú, y Amores perros con Goya Toledo. Según Alberto Ribas, “más allá de un exotismo alegórico de aire colonialista o de posturas globalistas, el cuerpo femenino transatlántico sirve para el cuestionamiento y/o análisis de narrativas sobre la unidad e integridad nacionales en el cambio de milenio … El cuerpo de la española sirve para poner en cuestión narrativas de la unidad e integridad nacionales en crisis” (458). Como en el caso de Sin dejar huella, la imposición de una actriz española tiene un gran impacto en el recibimiento del filme e incluso obliga a los guionistas a replantear las películas de acuerdo a los requisitos de unos mercados extrangeros. A pesar de ganar importantes premios en Sundance y el festival de Guadalajara, Sin dejar huella tuvo mucho más éxito en España que en México, quizá por la inclusión de una estrella del prestigio de Aitana Sánchez Gijón.

Ahora que han pasado dos décadas del estreno de Sin dejar huella, destacan ciertos temas sobre el proceso de lo que algunos han llamado neo-colonialismo en las relaciones comerciales de España y México. Con el paso del tiempo, la relación entre la española Ana y la mexicana Aurelia puede verse como una alegoría de las relaciones transatlánticas que se establecerán no sólo en la industria del cine, sino también en la industria del turismo. Ana le explica al policía que no ha cometido un crimen ya que lo que ella vende no son auténticas antigüedades sino “Artesanía fina de exportación. Y traigo divisas al país, que es lo que hay que hacer en estos tiempos globales.” Durante el viaje con Aurelia, se establece una relación de trueque — a cambio de comida, le da sus gafas Gucci y a cambio de una tarjeta telefónica, Aurelia le exige su reloj Longines. Por mucho que se indigne Ana por este último intercambio, unas gafas y un reloj son poco a cambio de un viaje tan largo y principalmente, por salvarle de los hombres de Mendizábal, uno de ellos llamado Tiroloco. Las escenas de los intercambios económicos señalan la ignorancia y vulnerabilidad de Aurelia que aunque sus sueños iniciales de aliarse a la economía y estilo de vida norteamericanas se reflejan por haber nombrado a su hijo Billy, al ver el mismo paisaje industrial al otro lado de la frontera en El Paso, modifica sus ambiciones y ahora intenta encontrar un empleo digno en la industria del turismo en Cancún.

En una escena clave Aurelia conoce el mar por primera vez.  Las mujeres llegan a Playa Bananitas, donde no hay nadie. Al ver un letrero que dice “Aquí sólo encuentras amigos,” Aurelia pegunta, “¿Ana, eres mi amiga?” En lugar de una respuesta, vemos a las mujeres entrar al mar juntas. Mientras se bañan, Aurelia revela sus sueños:

Aurelia: A mí sí que me gustaría trabajar en un hotel, pero de dueña. Aunque sea un hotelito sencillo, así de 3 cuartos, en una playa solitaria.

Ana: ¿De 3 cuartos nada más?

Aurelia: Bueno, que sean 10. Se los voy a alquilar a puros gringos para cobrarles bien caro …

Ana: Pues todavía quedan playas vírgenes al sur de Cancún…

Poco antes de que se rodara la película, el tipo de hotelito del que sueña Aurelia existía en lugares como Playa del Carmen, y como señala Ana, gran parte de la zona al sur de Cancún permanecía virgen, pero ya no, en parte gracias a españoles como Ana que reconocieron el valor económico de las playas vírgenes antes que los mexicanos. En la última década la zona ha sido desarrollada y comercializada bajo el nombre La Riviera Maya con una inversión masiva por parte de los cadenas hoteleras españolas. Las actitudes de las empresas españolas respecto al medio ambiente y del trato de las poblaciones autóctonas han merecido la reprobación de la organización Greenpeace que ha publicado un informe que lleva por título Los nuevos conquistadores. Multinacionales españolas en América Latina.

Hotel Iberostar Paraíso Maya donde la gente de origen europeo tiene los trabajos fáciles y mejor pagos, mientras la gente indígena limpia habitaciones a cambio de sueldos muy bajos.

Según Greenpeace, en lugar de remediar errores anteriores, la cadenas hoteleras españaolas están implementando en la Riviera Maya un modelo agotado en la Penínusula, en particular el de las Baleares y las Canarias, espacios turísticos donde se ha abandonado la agricultura, se ha abusado hasta los límites de los recursos ecológicos, y se ha fomentado la delincuencia y la corrupción.

“Precisamente, debido a la saturación, a la degradación ambiental y a ciertas exigencias sociales de mayor control, estos empresarios de los sectores hotelero e inmobiliario ahora se dirigen a otras zonas del planeta donde pretenden recuperar los altos márgenes de beneficio que tuvieron aquí y que perdieron por la saturación del mercado. Se trataría de reproducir fuera (en lugares como la Riviera Maya) el mismo modelo de explotación intensiva de los paisajes, el suelo y los recursos que antes aplicaron en Baleares” (Greenpeace 74).

En Sin dejar huella, Ana tiene el conocimiento del país útil para este tipo de explotación, y obvios vincúlos a la corrupción. Mendizábel le persigue en parte porque ella no comparte sus ganancias de forma que le satisfaga al policía. Aurelia ha sido explotada toda su vida, y también será explotada por Ana que le roba para seguir ella sola hacia Cancún, mucho más un paraíso para ella que para una Aurelia quien sin fondos ni conocimientos no tiene un futuro mejor en Cancún.

La escena que sigue a la de la playa empieza con los perseguidores de Ana y de Aurelia en un puticlub llamado el Paraíso. Es una de la veces en que se ironiza el concepto de paraíso. Anteriormente, Ana había descrito el paisaje mexicano como un paraíso, ante la risa de Aurelia que le informa que ella trabajaba para la maquiladora Paradise Sporting Good Company fabricando piezas para equipos de buceo, una rama de la industria del turismo.  En Cancún le vemos regresar de un trabajo que sólo le permite una vivienda en un apartamento muy inferior al que tenía en Juárez y donde duermen en una hamaca, no por la comodidad, sino porque no tiene dinero ni para una cama. El autobús que la transporta lleva el anuncio “Cancún, Welcome to Paradise.” El fin supuestamente feliz consiste en el regreso de Ana, que aparece en el aeropuerto con un grupo musical cuando Aurelia se reúne con el hijo mayor a quien había dejado con su hermana. Todos pasan a disfrutar de una playa que parece el paraíso.

Como ya hemos dicho, las canciones reflejan la región de México por la que viajan, comenzando con los narcocorridos de la frontera. El conjunto que lleva Ana al aeropuerto canta un son en el cual se repite el verso, “El mundo se va a acabar,” frase muy apropiada para el fin del milenio y que refleja una realidad para el mundo que conoce la gente de lo que hoy se llama la Riviera Maya.

En cuanto a la relación entre Ana y Aurelia, que yo sugiero como alegoría de las nuevas relaciones comerciales entre España y México en cuestiones de la banca y el turismo, el final del film queda abierto. ¿Qué será de Ana, Aurelia y los niños? Una playa virgen está bien para unas vacaciones, pero no para una vida entera. Los que buscan en Sin dejar huella una imagen idealizada de las relaciones entre mujeres, olvidan que Aurelia llega a Cancún, no en su camioneta sino en autobús porque en la fase final del viaje Ana la abandona, robándole todo su dinero y con tanto su novio como Mendizábal al acecho. Ninguna de las dos está libre de culpa. Juntas han matado a dos de sus perseguidores. Aurelia ha traficado en droga y Ana está implicada en la corrupción. La escena de la playa virgen había empezado con la pregunta de Aurelia, “¿Eres mi amiga, Ana?” En esos momentos parece que sí. Pero la escena termina con Ana riéndose de la ignorancia de Aurelia que se sorprende que el agua del mar sea salada. Su ignorancia, y su buena fe son las características que la llevarán a la explotación por parte de una “amiga” que la abandona a su suerte, acechada de peligros, y regresa cuando le conviene. En esos momentos, también España y México se estaban tratando de naciones amigas, ligadas por un pasado y un idioma común, con poca distancia psíquica, como se dice en el mundo del comercio internacional. El resultado ha sido lo que Greenpeace denuncia como el desarrollo de unos acuerdos de turismo que más se asemejan al antiguo sistema colonial, que abusa de los recursos y la gente de México, que una relación entre iguales.

 

 

Bibliografía

Greenpeace, España. “Los nuevos conquistadores Multinacionales españolas en América Latina Impactos económicos, sociales y medioambientales.” www.greenpeace.org/espana/es/reports/090930-03/   6/14/2010.

 

Novaro, María, dir. Sin dejar huella. Tabasco Films, Altavista Films, Tornasol Films, Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad [México], Televisión Española (TVE), Vía Digital, IBERMEDIA [España], 2000.

Pohl, Burkhard. “Rutas transnacionales: la road movie en el cine español.” Hispanic Research Journal, Vol. 8, No. 1, February 2007, 53–68.

Ribas, Alberto.  “’El pinche acentito ese’: deseo transatlántico y exotismo satírico en el cine mexicano de cambio de milenio: Amores perros, Y tu mamá también, Sin dejar huella.Hispanic Research Journal,  Vol. 10, No. 5,  December 2009,  457-81.

Smith, Paul Julian. “Transatlantic Traffic in Recent Mexican Films.” Journal of Latin American Cultural Studies, Vol. 12, No. 3, 2003.

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